Desde que nos trajeron la Bobcat, y sea cual sea la faena
que estemos realizando, un día a la semana nos dedicamos a revisar, encender y
mover un poco la máquina para evitar posibles problemas por tenerla demasiado
tiempo sin trabajar.
Ya habíamos conseguido bajarla a la plataforma inferior al
cobertizo y desde aquí empezaremos a abrir un camino que cruzará todo el
terreno e irá bajando hacia la rampa de la esquina que mostramos anteriormente.
Lo qué queremos conseguir es llegar a bajar la Bobcat a la zona inferior del
terreno para poder hacer parte del movimiento de tierras necesario para construir el muro de contención. Además el
camino discurrirá más o menos por la plataforma donde estará ubicada la casa
así que la tierra que movamos nos permitirá ir viendo las cotas finales del
terreno. Todo esto lo realizamos con las indicaciones y supervisión de nuestro
aparejador Pau.
Para poder empezar a mover tierra con la máquina con
seguridad quitamos un trozo de muro antiguo de bloques y rellenamos una zona de
la vieja escalera, así empezamos sobre una zona nivelada y lo suficientemente
ancha para la bobcat.
Un par de años antes, y en previsión de las obras, talamos un pino grande, del que ahora
queda el tocón, porqué el viento hizo caer muchos árboles en la zona, incluido
uno nuestro, y no era seguro mantenerlo.
A la vez que avanzamos vamos retirando toda la vegetación y
raíces que van saliendo. También trasplantamos a otra zona del terreno el almendro
y el níspero que nos molestaban para pasar, cuando acabemos las obras les
buscaremos una ubicación definitiva.
Poco a poco y sobre suelo firme vamos avanzando.
Vamos dejando caer la tierra que sacamos sobre la pendiente,
colocamos un par de planchas para que la tierra no llegara a la plataforma
inferior, aunque nos quedamos un poco cortos, debíamos haberlo hecho mejor.
Delimitamos el carril con varillas y cinta marcadora para que el maquinista siempre tenga una referencia visual a la altura de los ojos y no se salga del camino.
Otra cosa que no hicimos bien fue dejar el corte del talud a
noventa grados.
Con las primeras lluvias fuertes que cayeron meses después tuvimos algunos
desprendimientos de tierra…
Nada demasiado importante pero podíamos haber dejado el
corte del talud con una pequeña inclinación y evitar un poco el desprendimiento
descontrolado que tuvimos…ahora a tirar de pala y rescatar la maquina… así se
aprende!
Después de algún tiempo llegamos hasta la curva. Esta es la
zona más complicada para la bobcat ya que el desnivel y el giro que afrontamos
está bastante al límite de las posibilidades de la máquina (y de las nuestras).
Con algún susto que otro, al final lo conseguimos!! Ya
tenemos a la Pitufa en la zona cero para ayudarnos a mover tierra.
La Bobcat se comportó bastante bien durante todo ese tiempo
de trabajo, aunque tuvimos varios problemas típicos de una máquina tan vieja,
otro día contaremos todas las reparaciones que le hemos tenido que hacer desde
que la tenemos.