Después de picar el muro estuvimos unos días moviendo la
bobcat para ensanchar la plataforma donde la descargó la grúa, que era muy
estrecha y se inclinaba hacia el barranquillo.
Hay que tener en
cuenta que el maquinista, Modes, mi
hermano, era la primera vez que se subía a una maquinita de estas, lo más
parecido que había llevado era un “toro”… y el sitio daba miedo, pero poco a
poco, moviéndose adelante y atrás y comiendo terreno con la esquina de la pala,
la plataforma se fue ensanchando.
La idea era
aprovechar y hacer una rampa de acceso para la maquina a niveles inferiores. Entre
Manolo, Willi y yo, moviendo
tierra con azadas, y mi hermano empujando montones grandes con la máquina, en
un día largo de curro la Pitufa acabó
aparcada debajo del cobertizo. La rampa ha quedado bastante empinada, pero no
patina y sube bien, y lo suficientemente ancha para trabajar sin peligro.
Necesitamos un
trocito de terreno para rellenar la rampa!!
Antes de continuar
moviendo tierra teníamos un tema pendiente que no podía esperar más. En
Diciembre, un día de muchísimo viento se nos voló el techado del rocódromo. La
primera vez hicimos las escuadras que lo
soportan con madera demasiado endeble y duró un par de años. La única suerte fué que se voló entero sin romperse y cayó sobre la calle con muy pocos
desperfectos. Hemos podido recuperar todas las maderas y un 60% de las tejas.
Esta vez los soportes son de hierro y no se volará! Estuvimos una semanita con
este tema, intentaremos hacer una entrada detallada de como hicimos el rocódromo
y su techado.
que bien se ve todo
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